
Enseguida tuvo mucho éxito y demanda la máquina de escribir diseñada por Sholes y fabricada por Remington, aunque apareció un problema al aumentar el ritmo al que se pulsaban las teclas: las varillas que imprimían los caracteres al impactar la cinta impreganada de tinta contra el papel, se atascaban al chocar unas contra otras, ralentizando en exceso el ritmo de escritura. Eso sí, eso solo sucedía cuando se pulsaban varillas de caracteres próximos entre sí en el teclado. Aquí reside el origen del teclado Qwerty.
En las máquinas originales, las letras estaban colocadas por orden alfabético. Sholes las redestribuyó de tal forma que separó los parejas o grupos de letras que suelen ir juntos en la escritura inglesa. En 1874, Remington sacaba a la venta la nueva máquina de escribir con el teclado que se convertiría en el estándar hasta nuestros días. La máquina se hizo pronto muy popular, sobretodo en aquellos gremios donde la velocidad de escritura era realmente importante. Cuando aparecen los primeros ordenadores para sustituir la máquina mecánica las oficinas no quieren perder el tiempo costumbrándose de nuevo a otro tipo de teclado, por eso desde un principio los ordenadores han sido diseñados con Qwerty .
Es fácil pensar, que esta disposición no sea la más adecuada para otros idiomas, pero aún así, problemas de rentabilidad económica ha hecho inviable que se personalicen los teclados. Debido a la reducción de tiempo que supone saber a escribir a máquina sin necesidad de mirar constantemente al teclado, os sugiero y animo a que aprendáis a hacerlo. Será un tiempo muy bien invertido y os ayudará a la hora de copiar textos, escribir correos electrónicos o simplemente chatear. Existen academias, cursos online y programas que sirven para aprender. Os dejo a vuestra disposición uno de tantos que mis alumnos ya lo han probado años anteriores con excelentes resultados.
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