Gordon Moore, allá por el año 1965, afirmó que el número de transistores por unidad de superficie en los circuitos integrados se duplicaría cada año y que esto sucedería por lo menos durante dos décadas más. Algunos lo trataron de visionario, otros de loco, otros de erudito en la materia. Lo que está claro, es que el señor Moore estaba en lo cierto, ya que aquella afirmación, se ha convertido con el paso de los años en una ley que ha descrito de forma aproximada la evolución de los circuitos integrados, en particular, de los microprocesadores.
Posteriormente, en 1975, el mismo Moore, modificó su afirmación, anotando que el periodo de tiempo necesario para duplicar las capacidades de los microprocesadores, sería de dos años. Otra forma de interpretar la ley de Moore, es que cada dos años, se duplica la potencia de los microprocesadores, ya que la capacidad de procesamiento está muy ligada al número de transistores. En 26 años, el número de transistores de los circuitos se ha incrementado 3200 veces. Se aumenta la potencia de nuestros ordenadores continuamente, manteniéndose el precio o incluso en algunos casos puede llegar a bajar.
De la evolución de los circuitos integrados, somos testigos en nuestra vida diaria, debido a que están presentes en multitud de aparatos e instalaciones de las que hacemos uso habitualmente, aparte del ya mencionado ordenador, tales como el móvil, los reproductores de audio e imagen digital etc. Constantemente aparecen aparatos nuevos, o innovaciones de los ya existentes, quedándose obsoletos los que compramos hace poco tiempo. Es obligado preguntarse ¿donde está el límite para la ley de moore? Para esta pregunta, Gordon Moore, cofundador de Intel, también tiene respuesta. En una conferencia que dio el año 2007, predijo que su ley no "aguantará" más de doce o quince años más, dejando de cumplirse alrededor del año 2020, cuando una tecnología nueva, sustituya a la actual con la que se fabrican los circuitos integrados. El problema fundamental, radica en el tamaño de los transistores y en la refrigeración de los circuitos integrados. Según aumenta el número de transistores, aumenta la potencia del microprocesador, pero también la temperatura que se genera en su interior. Llegará un día, donde resultará casi imposible refrigerar los microprocesadores realizados con las tecnologías de fabricación actuales. En la actualidad, las grandes compañías electrónicas, ya están investigando nuevas tecnologías de fabricación de circuitos integrados, para evitar que los ordenadores se conviertan en hornos o tostadores electrónicos en un futuro próximo.
Posteriormente, en 1975, el mismo Moore, modificó su afirmación, anotando que el periodo de tiempo necesario para duplicar las capacidades de los microprocesadores, sería de dos años. Otra forma de interpretar la ley de Moore, es que cada dos años, se duplica la potencia de los microprocesadores, ya que la capacidad de procesamiento está muy ligada al número de transistores. En 26 años, el número de transistores de los circuitos se ha incrementado 3200 veces. Se aumenta la potencia de nuestros ordenadores continuamente, manteniéndose el precio o incluso en algunos casos puede llegar a bajar.
De la evolución de los circuitos integrados, somos testigos en nuestra vida diaria, debido a que están presentes en multitud de aparatos e instalaciones de las que hacemos uso habitualmente, aparte del ya mencionado ordenador, tales como el móvil, los reproductores de audio e imagen digital etc. Constantemente aparecen aparatos nuevos, o innovaciones de los ya existentes, quedándose obsoletos los que compramos hace poco tiempo. Es obligado preguntarse ¿donde está el límite para la ley de moore? Para esta pregunta, Gordon Moore, cofundador de Intel, también tiene respuesta. En una conferencia que dio el año 2007, predijo que su ley no "aguantará" más de doce o quince años más, dejando de cumplirse alrededor del año 2020, cuando una tecnología nueva, sustituya a la actual con la que se fabrican los circuitos integrados. El problema fundamental, radica en el tamaño de los transistores y en la refrigeración de los circuitos integrados. Según aumenta el número de transistores, aumenta la potencia del microprocesador, pero también la temperatura que se genera en su interior. Llegará un día, donde resultará casi imposible refrigerar los microprocesadores realizados con las tecnologías de fabricación actuales. En la actualidad, las grandes compañías electrónicas, ya están investigando nuevas tecnologías de fabricación de circuitos integrados, para evitar que los ordenadores se conviertan en hornos o tostadores electrónicos en un futuro próximo.
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